jueves, 26 de septiembre de 2013



Venía de Xátiva, había pasado  toda la 

mañana de un lado para otro, renegando del 

asfalto, las prisas y aglomeraciones. De no 

haber sido 'casi' preciso, no me saca ni dios 

del pueblo, jajaja...

Así  que cuando volví, aunque cansada,  

aproveche  y 'una vez puestos' no subí a casa, 

me aleje un poco del pueblo y me adentre por 
l
los huertos cercanos al monte. 

Me iba a recostar en un árbol, pero lo pensé  

mejor y me tumbe en tierra, 

sobre la fresca  hierba. ¡Qué maravilla! 

hay cosas que no tienen precio, 

¡son impagables!

Un suave viento acariciaba mis mejillas y 

juguetón volaba entre mi falda, besando  

suavemente mis rodillas. 

Olía a albahaca que había plantada debajo 


de unos naranjos. También se percibía una   

mezcolanza embriagadora de agradables 

frescos aromas.

El día  se iba  durmiendo y en los  claros y 

sombras del atardecer, el sol con las nubes 

al escondite  jugaba, mientras esperaba 

haciendo guiños para mantenerse despierto 

poder ver aparecer a su amada

Ella aun soñolienta se asomaba tímida

-como si le avergonzase el  ser  tan bella-

por detrás de los verdes  pinos de la montaña 

y poco a poco se iba acercando para poder 

unirse al juego.

 Todavía desperezándose se va  escondiendo   

entre los naranjos de frutos 

encendidos de una, y dorados de sol....

Mientras les  contemplo se oye el trino de 

los pájaros anunciando que se acaba el día 

y unas hormigas afanosas y en hilera 'india' 

pasan muy cerca de mí cargadas de grano 

flores secas. 

En momentos así, ante ese sublime 
'
'estar' de la Naturaleza... 

No me importaría que me olvidase la vida.
 María Sena.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Así queda mejor...

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SÁBADO, 21 DE SEPTIEMBRE DE 2013


Venía de Xátiva, había pasado  toda la mañana de un lado para otro, renegando del asfalto, las prisas y aglomeraciones. De no haber sido 'casi' preciso, no me saca ni dios 
del pueblo, jajaja...
Así  que cuando volví, aunque cansada,  aproveche  y 'una vez puestos' no subí a casa, me aleje un poco del pueblo y me adentre por 
los huertos cercanos al monte. 

Me iba a recostar en un árbol, pero lo pensé  mejor y me tumbe en tierra, sobre la fresca  hierba. 
¡Qué maravilla! hay cosas que no tienen precio, ¡son impagables!
Un suave viento acariciaba mis mejillas y juguetón volaba entre mi falda,  besando  suavemente mis rodillas. 
Olía a albahaca que había plantada debajo de unos naranjos. También se percibía una   mezcolanza embriagadora de agradables y frescos aromas.

El día  se iba  durmiendo y en los  claros y sombras del atardecer, el sol con las nubes al escondite  jugaba, mientras esperaba haciendo guiños para mantenerse despierto y poder ver aparecer a su amada

Ella aun soñolienta se asomaba tímida-como si le avergonzase el  ser  tan bella-por detrás de los verdes  pinos de la montaña y poco a poco se iba acercando para poder unirse al juego.
 Todavía desperezándose se va  escondiendo   entre los naranjos de frutos encendidos de luna, y dorados de sol....
Mientras les  contemplo se oye el trino de los pájaros anunciando que se acaba el día y unas hormigas afanosas y en hilera 'india' pasan muy cerca de mí cargadas de grano y flores secas. 

En momentos así, ante ese sublime 'estar' de la Naturaleza, no me importaría que me 
olvidase la vida.
 María Sena.

jueves, 19 de septiembre de 2013


                                           ¡Que más quisieras!
¡Que más quisieras...tú!

Que amaneciera en tu lecho

y me enredase en tu pecho...
                                                  
¡Que más quisieras…tú!

Que te diera mi sexo como ninguna

y así te hiciera ascender hasta la luna...
                                                     
¡Que más quisieras...tú!

Que  hambrienta me mezclase con tu cintura

y  de tu centro libase con premura... 
                                                   
¡Que más quisieras...tú!

Que de mi rosal, una rosa se entreabriera

y de rocío, por ti, cubierta amaneciera...
¡Que más quisieras...tú!

Que lentamente trepase por tus piernas

que hiciera hervir la sangre de tus venas...
                                                    
¡Que más quisieras...tú!

Que mis néctares a ti te entregase

que con los tuyos, yo me embriagase...
                                                      
¡Que más quisieras...tú!

Que entre tus piernas, al final, me refugiase

y que trémula de gozo...¡Me diluyese!
                                                   
¡Que más quisieras…tú!

Que por unas caricias de tu boca

casi me estuviera volviendo loca...
                                                      
¡Qué más quisiera…yo!

Que tu alguna vez...¡Me quisieras…a mí!

Como yo mi  amor...¡Te estoy queriendo…a ti!
María Sena
22/03/2012


¡Sed todos bienvenidos!


martes, 17 de septiembre de 2013